En el blog de esta semana hablaremos de la vacuna contra el COVID-19, las bases de su desarrollo, los esquemas de refuerzo, algunos efectos adversos, las tasas estadísticas de mortalidad y finalm
Para nadie es un secreto que el año 2020 fue un desafío para la salud mundial y para la ciencia luego que, el coronavirus 2019 (COVID-19) fuera declarado una pandemia. Para lograr mitigar sus estragos y sus consecuencia en tiempo récord, los científicos desarrollaron y aprobaron de emergencia varias vacunas: Pfizer-BioNTec, Moderna, AstraZeneca, Janssen, Novavax.
A medida que más pacientes obtienen acceso a las vacunas contra la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID‐19), diferentes especialistas nos enfrentamos a preguntas sobre posibles complicaciones, beneficios y el momento ideal para la vacunación y sus refuerzos.
Como hombre de ciencia y fundamentado en evidencias quiero destacar que, las vacunas han demostrado asociaciones que no pueden tener una interpretación causal; influyen y hacen la diferencia factores como la edad, la obesidad, condiciones médicas pre-existentes y las desventajas socioeconómicas. Estas características destacan entre las más conocidas para impactar la competencia inmunológica, de la misma manera que ciertas enfermedades afectan la respuesta a algunas vacunas o a los medicamentos que alteran nuestro sistema inmune.
El riesgo absoluto de los individuos siempre dependerá de la prevalencia del COVID-19 y exposiciones personales. Seguimos un protocolo de vacunación actualmente hasta alcanzar un período de tiempo que nos refleje datos estadísticos concretos que, puedan ser concluyentes respecto a los efectos adversos o mortalidad por causa de la vacuna. Lo que sí es una verdad es que la vacuna evita complicaciones en personas con el virus, y la tasa de contagio entre las personas.
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