Cáncer de Próstata

¿Qué es?

Es la presencia de células cancerosas en la glándula prostática. Al igual que en el resto de los órganos, cuando el cáncer se desarrolla en la próstata, las células cancerosas comienzan a multiplicarse de manera descontrolada, tanto que con el paso del tiempo pueden propagarse desde la próstata a otras regiones del cuerpo, especialmente a los huesos y a los ganglios linfáticos cercanos a la glándula.

Incidencia

La mayoría de las veces el cáncer de próstata es silente. Se manifiesta cuando migra de la próstata a los huesos o ha crecido localmente e invadido la uretra, dificultando orinar.

Este cáncer es el más común diagnosticado en el hombre  en USA (13%), según el Centro de control y prevención de enfermedades (CDC). Es la segunda causa de muerte en el varón en USA, y la primera por cáncer en el hombre en Venezuela.

En muchos de los casos, la vergüenza y el “miedo al dedo” es la principal razón para evitar la visita al urólogo, sin embargo, su detección temprana favorecerá su tratamiento y reducirá la morbilidad y mortalidad.

Todo hombre a partir de los 50 años de edad debe hacerse el exámen digital de la próstata para detectar si hay alguna zona “endurecida” o anormal, junto a un examen de sangre para determinar el nivel del Antígeno Prostático Específico (APE), proteína producida en la próstata, que sale de ella y entra a la sangre cuando el tejido está inflamado, hay crecimiento benigno o incluso, cáncer.  Si el valor de este antígeno es elevado se sospecha, que no debe corresponder simplemente a un crecimiento benigno y que, posiblemente se esté ante la presencia de cáncer. Si hay antecedentes familiares de cáncer de próstata e incluso de cáncer de mama, el examen debe hacerse a los 40 años.

El valor normal del APE en hombres menores de 50 años debe ser inferior a uno (ng/ml) , entre 50 y 60 años menor a 0.9 (ng/ml), entre 60 a 70 años menor de 1,2 (ng/ml) y en más de 70 años 1,5 (ng/ml).

Factores de riesgo: edad, antecedentes familiares, si los hay  la probabilidad es doble. Tabaquismo y obesidad, condiciones de predisposición y raza (afroamericanos)

Cuando se sospecha de cáncer de próstata se debe hacer una biopsia para determinar el grado de agresividad  del tumor o grado de Gleason, ( seis al diez), que en tanto más alto, se relaciona a una enfermedad más seria.  Hoy en día se conoce, que la mayoría de los cánceres de próstata, no se ven por ultrasonido normal.

Se hace un mapeo de la próstata y se realizan varias punciones de cada lado de la próstata para identificar en dónde está la enfermedad, pero puede pasar que la aguja no encuentre el foco enfermo. Es de alguna manera una biopsia “a ciegas”. Debido a esto, actualmente, se hacen resonancias magnéticas de la próstata para identificar con más precisión focos sospechosos de cáncer agresivo, y allí hacer la biopsia de una manera efectiva.

Hay cinco tipos de tratamiento, con base en la agresividad del tumor y factores asociados a la edad y a la morbilidad del paciente: 

1) Vigilancia activa del paciente en casos de bajo riesgo.
2) Radioterapia.
3) Cirugía para la remoción de la próstata, que una vez removida se anastomosa o “empata” a la uretra, cuidando de eliminar la totalidad de la enfermedad, incluso si ello implica la eliminación de los nervios responsables de la erección. La expectativa posterior a la cirugía es la eliminación del cáncer, la continencia urinaria y recuperación de la función sexual, la cual puede restablecerse en el tiempo o manejarse mediante vías alternas.
4) Crioterapia para congelar y eliminar las células cancerosas de la próstata
5) Ultrasonido de alta intensidad y focalizado, o HIFU, para destruir las células enfermas.

El reporte de la patología posterior a la cirugía, da información clave para el pronóstico de la enfermedad y tratamiento adicional, al identificar si la enfermedad está dentro de la próstata o en su superficie.

Tratamiento

Prevención cáncer de próstata

La información actual sobre los factores de riesgo del cáncer de próstata sugiere que algunos casos pueden prevenirse. Un posible factor de riesgo que puede cambiarse es la dieta. Se puede disminuir el riesgo de padecer cáncer de próstata con una alimentación baja en grasa y rica en verduras, frutas y cereales.

La Sociedad de Cáncer de Estados Unidos recomienda alimentarse con una variedad de comida saludable, con énfasis en la de origen vegetal, y limitar el consumo de carne roja. Aconsejan también el consumo diario de fruta y productos con fibra, pan, cereales, arroz. Estas sugerencias nutricionales también sirven para disminuir el riesgo de otros tipos de cáncer. Los tomates, los cítricos y la patilla son ricos en licopenos.

Estas sustancias, parecidas a las vitaminas son antioxidantes que pueden ayudar a prevenir las mutaciones del ADN y, por tanto, disminuir el riesgo de cáncer de próstata. 

Se han estudiado los efectos de la vitamina E y el selenio como preventivos. Varios estudios asocian los antiinflamatorios no esteroides, como la aspirina ® tomada diariamente, con una menor incidencia de cáncer de próstata en varones mayores de 60 años o más. Hay que tomar en cuenta que la causa exacta del cáncer de próstata es desconocida, y que hay factores de riesgo como la edad, la raza o la historia familiar que no pueden controlarse.

Desde los ojos de mis pacientes: Conversación con Tinedo Guía